Nuestra perspectiva
¿Por qué artes y sanación en un mismo camino?
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Siempre pensé que el sanador no puede saber solo de medicina para entender y lidiar con el sufrimiento humano. Por el contrario, hay que ser muy artista. Encontré en el arte el aliado perfecto para sanar, pues el arte nos ayuda a trascender el sufrimiento, en el momento en que lo trasformamos en belleza. Expresarnos a través del arte nos hace más libres, y es precisamente esa liberación la que nos ayuda a sanar las heridas. Heridas que todos sufrimos de un modo u otro, al formar parte de un estilo de vida humano alienante.
Las artes en general actúan sobre los niveles superiores de nuestro ser, como son nuestro cuerpo espiritual e intuitivo, de tal modo que actuando sobre ellos actuamos también sobre los otros niveles como son el mental, el energético y el físico.
Desarrollarnos artísticamente sin cadenas, sin estereotipos apostando por la condición espiritual de nuestro ser, es el camino que proponemos.
Formación
Mi formación sanadora y artística se ha desarrollado básicamente en la Escuela Neijing, junto al Maestro Jose Luis Padilla, a lo largo de 25 años de estudio, colaboración y docencia en tal escuela. Junto al aprendizaje clínico y terapéutico de la acupuntura y el masaje, siempre desarrollé el aspecto sanador de las artes, fundamentalmente a través de: la música , trabajando en varios proyectos de música sanadora; y la danza, formándome junto a José Luis Padilla y ejerciendo como profesora de danza sagrada en varios países de Europa y América Latina a lo largo de más de 20 años. También me formé en teatro creativo sanador y fui docente durante algunos años, así como participante de grupos de teatro sanador.
Mi vocación por el desarrollo de la feminidad vino cultivándose junto a la Asociación Inspiración Femenina, de la que fui miembro fundador desde el año 2003 hasta el 2018. Junto a dicha asociación desarrollé proyectos de investigación, seminarios, congresos, publicaciones y un sinfín de actividades que venían a poner en evidencia la cantidad de cosas que aun están por hacer de cara a nuestro desarrollo como femenino. El trabajo con los grupos de mujeres, acrecienta y cultiva mi propia feminidad, porque aprender unas de otras es el camino en el que creo.